martes, 5 de julio de 2016

El Vampiro de Tarbes y ASUNCION OSORNO 1931



Con este sobrenombre o con el de "El Vampiro del Cementerio de St Jean" se conoce a Raul Habas, quien fue condenado en 1932 por el asesinato por estrangulamiento y violación de una niña española de 10 años afincada en Tarbes (Altos Pirineos en Francia) quien vivía con sus padres, también españoles.
Su pena le fue conmutada el 11 de abril de 1933 a cambio de trabajos forzados de por vida.


En el periódico Tribuna de Chicago con fecha 12 de octubre de 1970 en un artículo dedicado al best seller Papillón escrito por Henri Charriere, el autor CLAY GOWRAN escribe:

"Hombres como Raúl Habas. Era un viejo tímido, cansado y ajado de 61 años. Había sido transportado a la Guyana francesa en 1930 por asesinato. Había servido su sentencia en la prisión de Hautes Pyrénées, y luego bajo el antiguo código penal había enfrentado exilio en la colonia de por vida. Cuando el antiguo sistema penal finalmente dejo de existir Habas se quedó de todas maneras. No había nada para mí si volvía a Francia. Toda mi familia ya había muerto. Así que ahora trabajo en St Lauren haciendo recados."

¿Se trataría del mismo Raúl Habas de esta horrible historia? Al final del artículo está la respuesta, pero antes....:


JUEVES, 8 DE OCTUBRE de 1931

Un año antes del  juicio llevado a cabo tras esta terrible  historia, Asunción Osorno, llamada en diferentes periódicos de la época también Ascensión y Concepción, así como, "Ozorno" y "Azorno", había ido a ver a su tía Narcisse, quien vivía en Quai de l´Adour, a poca distancia de su colegio. Tenía en la escuela la tarde libre. A las 17.00 volvió a casa. Es muy posible que de camino a casa se encontrase con una amiga suya, Yvette en la calle del nuevo cementerio de St. Jean esquina calle Bosc. Entonces se apareció Raúl Habas. Asunción dejó enseguida a su amiga y le dio un beso al hombre, volvió de nuevo a Yvette y de nuevo se fue donde él estaba. Yvette vio cómo el hombre le decía algo al oído a la niña.
Cuando Asunción volvió de nuevo, Yvette le preguntó: "¿Das un beso a este  hombre?", a lo que Asunción respondió: "Sí. Es muy amable. Me da caramelos y dinero  cuando voy a su casa."




17.30
Más tarde, alrededor de las cinco y media, Asunción sería enviada a comprar a la tienda "Venezuela", tomando la calle  Deville, muy cerca de casa, hasta llegar a la calle Achille Jubinal, donde se encontraba dicha tienda, por decisión de su madre. Allí estuvo unos cinco minutos. El dueño, M. Dejean le dijo que se apresurase a volver a casa. Un amigo del matrimonio se encontraba en la tienda.

17.50
Asunción deja la tienda.


Y ya no se la volvió a ver en vida.


18.05-18.10
Testigos afirman haber visto a Habas en la zona de la puerta Oeste del Cementerio con signos de estar esperando a alguien.

18.15
La madre, viendo que la niña no volvía, comenzó a inquietarse. Salió a la calle y comenzó a llamarla. Se fue acercando al camino que la niña habría realizado hasta llegar a la calle del cementerio de Saint Jean, muy cerca de la tienda en cuestión, continuando con sus llamadas a la niña.




Llegó hasta la tienda, y preguntó por su  hija, donde le dijeron que había comprado mantequilla y se había ido enseguida. Muy preocupada volvió a casa y le dio cuenta a su marido de su intranquilidad.
Entonces ambos recurrieron a varios vecinos, padres y amistades, incluyendo a la familia Habas.
Todos ellos comenzaron la búsqueda de Asunción, llegando incluso hasta la entrada del cementerio y un poco más allá, con ayuda de linternas llamándola a gritos, ya que la puerta siempre estaba entreabierta. Esto sucedió durante toda la noche.

20.00
Mientras tanto, a las ocho se notificó a la policía la desaparición de la niña.


VIERNES, 9 DE OCTUBRE DE 1931

7.00
Sin embargo, no sería hasta bien entrada las siete de la mañana siguiente cuando unos trabajadores (Etienne Lavergne y Georges Hauserque) quienes habían venido a limpiar la entrada del cementerio se dieron cuenta al cabo de unos veinte minutos de que el cuerpo de la niña yacía allí, hacia la enmarcación número ocho, tendido sobre la espalda, entre dos tumbas, una de ellas perteneciente a la familia Habas.  Al principio pensaron que se trataba de una niña enferma, pero al acercarse se percataron de que tenía el rostro cubierto de sangre y de tierra, y una mano en el pecho. Las piernas estaban separadas, el vestido y la camisa sacados hasta el vientre, la lengua fuera de la boca. Había sido estrangulada tras haber sido violada. Bajo su cuerpo se encontró la ración de mantequilla que había ido a comprar, el envoltorio tenía gotas de sangre. El hecho de haber encontrado esto probaba que la niña no había ido corriendo y huyendo de su asesino. Tampoco que hubiese luchado demasiado para resarcirse de él en un principio. Enseguida los dos hombres fueron a advertir a la policía.

La madre contaba que ella siempre había prevenido a su hija de seguir a extraños, por lo que, al conocer a Habas, no habría resultado un hecho del cual huir. En aquel tiempo Habas trabajaba como ayudante sepulturero en el cementerio de St Jean en Tarbes.
Seguramente, debido a que Habas a menudo proporcionaba a Asunción dulces, podría ser la única persona a la cual ella habría consentido seguir sin temor hasta el lugar de su muerte.


9.00

Dos policías se presentaron en la casa de Raul Habas, encontrándole estirado en su cama y sudando copiosamente. Esa misma mañana se realizó un registro en su domicilio, extrayéndose un pantalón, una chaqueta, un pañuelo y dos camisas, una de ellas con muestras de estar recién lavada. El pañuelo mostraba marcas sospechosas. El mismo día le visitó un médico forense para inspeccionarle. Se le encontraron rastros de arañazos y erosiones en la piel del dorso de una de las manos, así como en la nariz, que parecía haber sido realizada con las uñas. También se le encontró una marca reciente en la rodilla derecha, que podría haber sido causada por la presión de su rodilla contra la tierra.
Habas negó en todo momento haber sido el causante de la muerte de la niña, incluso dijo que ni siquiera sabía su nombre, lo cual no era cierto, pues ambas familias se conocían entre ellas.
Habas negó también haber estado vigilando a la altura de la puerta oeste del cementerio. Sin embargo según testigos se le vió entre las 18.05 y las 18.10 de ese día.


20 de Junio de 1932


Durante el juicio Habas negó en todo momento haber sido el autor de los hechos. Incluso en la prisión donde se encontraba Habas se realizó la confrontación: se trajo el cadáver de la niña y se situó de la misma forma en que había sido encontrada.. Sin embargo, esto tampoco hizo ninguna reacción ni emoción en Habas, quien siguió negando haber hablado con la niña, y que solo la conocía de vista.

El mismo día por la tarde se realizó el entierro de la víctima en la Parroquia de Santa Teresa de Tarbes, ante una gran audiencia, incluyendo el alcalde, vecinos de aldeas cercanas a Tarbes así como el procurador de la República de Francia.

El tres de Diciembre se probó la culpabilidad de Habas, tras un examen mental.



ORDEN CRONOLÓGICO DE LAS NOTICIAS:


Le Matin, 1931/10/11 (Numero 17371).

"Detención del presunto asesino de la pequeña Concepción Osorno.
Tarbes, 10 de Octubre. Tras la investigación realizada por la policía sobre el asesinato de la pequeña Concepción Osorno, estrangulada en un cementerio en Tarbes, ha recaído en Raoul Habas, obrero de 21 años, sobre el cual pesaban graves cargos, donde ha sido llevado a prisión. El inculpado insiste en su inocencia.






´
1932/06/21 (Numero 17625).
"PROCESO DE RAOUL HABAS ANTE EL JURADO DE TARBES.
Tarbes 20 de junio. 

Hoy a las 13.30 horas ha comenzado ante la sesión judicial, de los altos Pirineos, el juicio por asesinato cometido en un cementerio de Tarbes de la pequeña Asunción Osorno de edad 10 años.

El jueves 8 de octubre hacia las 17.45 horas, Asunción Osorno, quien vivía con sus padres en el barrio de Gestas, cerca del cementerio de San Juan, había sido enviada por su madre a comprar en una tienda. No volvió aparecer. Y fue al día siguiente, hacia las ocho horas, que unos obreros se dieron cuenta del cuerpo de la pequeña Asunción entre dos tumbas. Había sido estrangulada después de haber sufrido odiosas violencias. Y aparte la policía arrestó a un obrero, Raúl Habas, de 27 años de Tarbes, quien a pesar de testimonios suficientes, ha seguido negando su culpabilidad. 

El acusado, defendido por Me Daure, fue llevado discretamente al Palacio de Justicia para evitar manifestaciones.

Habas responde muy tranquilamente al interrogatorio. Habiendo sido condenado por  hurto, pasó sus años de juventud en una colonia penitenciaria. Durante su servicio militar efectuado en el noveno regimiento de los zuavos en Argel, Habas, que había contraído varias renovaciones, fue, tras varios castigos, condenado a un año de prisión por el Consejo de Guerra por ultraje a un superior. A su liberación el acusado ocupó  empleos muy diversos y trabajó muy irregularmente. Los peores informes han sido dados a su persona.

Me Pradel comisario de la policía móvil, quien ha procedido a la investigación, señala que Raúl Habas había intentado en varias ocasiones llevar a niñas al cementerio.

Después el doctor Sannie,  Director del Servicio de Identidad Judicial, ha aportado precisiones técnicas.
Luego, la señora Marie Osorno, madre de la víctima, ha sido escuchada.
El doctor Cazade, Médico Forense, dio a conocer al jurado las constataciones que realizó sobre el cadáver de la víctima y sobre el cuerpo del acusado. Habas discutió las declaraciones del médico legista sobre los arañazos e irritaciones cutáneas sacadas de las manos. Un incidente se ha producido durante la deposición de la joven: Yvette Boué, de 13 años, amiga de la pequeña Asunción, quien declara haber visto en dos ocasiones durante la tarde a la víctima en compañía del Raúl Habas.
Los debates continuarán mañana durante todo el día para la audición de los testigos."



Tres meses después (1932/09/13)se le conmutó la pena:



La entonces escuela Michelet, donde iba a estudiar 
Asunción, según sus profesores, una buena estudiante
en la calle Michelet, cerca del cementerio
St. Jean.

EXPRESS DU MIDI,
12 de Abril de 1933
El nombrado Raoul Habas, jornalero en Tarbes,
condenado de haber asesinado la joven Asunción
Osorno y el cual se encontraba realizando trabajos forzados 
a perpetuidad tras haberse conmutado su pena,
ha sido enviado a la Isla de Ré, a la espera de su partida hacia la  GUYANA.





El Imparcial
Viernes, 24 de Junio de 1932



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